Las redes sociales, y más concretamente los servicios web de redes sociales, son servicios de software que permiten poner en contacto personas con intereses comunes. Las herramientas que ponen a disposición de los usuarios son numerosas y diferentes según hablemos de uno u otro servicio de red social, aunque la mayoría suelen incluir grupos, mensajes privados, mensajes públicos, correo electrónico interno o chat, entre otros.
Hasta ahora los intentos de utilizar las redes sociales en la práctica de la docencia se han limitado a experiencias aisladas realizadas con alumnos de educación superior, así como en la formación de profesores, y de forma mayoritaria para cursos individuales, formado por un profesor y sus alumnos. Las redes sociales utilizadas con fines estrictamente educativos en la educación pre-universitaria son prácticamente inexistentes. No deja de ser llamativo que aunque las redes sociales de profesores son numerosas, incluso diríamos que excesivas, pocos las han llevado hasta el aula.
La capacidad de poner en contacto personas es algo inherente a los servicios de redes sociales y tiene una aplicación inmediata a la sociedad educativa, entendida ésta como la formada por los profesores y los alumnos en un centro educativo. De forma que más que el interés por el uso de las herramientas que nos proporcionan las redes sociales, en este artículo quiero poner de relevancia su indudable utilidad como medio para fomentar el contacto, el diálogo y la comunicación entre alumnos y profesores. Especialmente como favorecedor de la comunicación en su vertiente docente de enseñanza y aprendizaje, sin despreciar la personal que como en cualquier red social no educativa se puede ver potenciada.
En un primer momento se crearon dos redes, una para la asignatura de Informática y otra para las Matemáticas de distintos niveles de ESO y Bachillerato. La primera con unos 50 alumnos miembros y la segunda unos 100. Ya desde los primeros días pudo observar una notable diferencia en el comportamiento de los alumnos en ambas redes sociales. Los alumnos de la red social menos numerosa se limitaban a conectarse casi exclusivamente durante las horas de clase, mientras que los de la red de matemáticas, más numerosa, se conectaban a ella también una vez acabada la jornada de las clases. Los motivos de estas conexiones eran sobre todo para relacionarse entre ellos a través de mensajes y actualizar su perfil mediante descripciones propias, archivos de música, vídeos y fotos.
Parece que existe un fenómeno de retroalimentación de forma que un incremento en el número de usuarios en la red produce un aumento todavía mayor de la actividad de la misma. Esto estaría producido por el efecto llamada que tienen los mensajes individuales entre los alumnos, que reciben un mensaje de correo cada vez que alguien escribe en su perfil o comenta algún vídeo, foto, etc. de otro.
Hasta ahora los intentos de utilizar las redes sociales en la práctica de la docencia se han limitado a experiencias aisladas realizadas con alumnos de educación superior, así como en la formación de profesores, y de forma mayoritaria para cursos individuales, formado por un profesor y sus alumnos. Las redes sociales utilizadas con fines estrictamente educativos en la educación pre-universitaria son prácticamente inexistentes. No deja de ser llamativo que aunque las redes sociales de profesores son numerosas, incluso diríamos que excesivas, pocos las han llevado hasta el aula.
La capacidad de poner en contacto personas es algo inherente a los servicios de redes sociales y tiene una aplicación inmediata a la sociedad educativa, entendida ésta como la formada por los profesores y los alumnos en un centro educativo. De forma que más que el interés por el uso de las herramientas que nos proporcionan las redes sociales, en este artículo quiero poner de relevancia su indudable utilidad como medio para fomentar el contacto, el diálogo y la comunicación entre alumnos y profesores. Especialmente como favorecedor de la comunicación en su vertiente docente de enseñanza y aprendizaje, sin despreciar la personal que como en cualquier red social no educativa se puede ver potenciada.
En un primer momento se crearon dos redes, una para la asignatura de Informática y otra para las Matemáticas de distintos niveles de ESO y Bachillerato. La primera con unos 50 alumnos miembros y la segunda unos 100. Ya desde los primeros días pudo observar una notable diferencia en el comportamiento de los alumnos en ambas redes sociales. Los alumnos de la red social menos numerosa se limitaban a conectarse casi exclusivamente durante las horas de clase, mientras que los de la red de matemáticas, más numerosa, se conectaban a ella también una vez acabada la jornada de las clases. Los motivos de estas conexiones eran sobre todo para relacionarse entre ellos a través de mensajes y actualizar su perfil mediante descripciones propias, archivos de música, vídeos y fotos.
Parece que existe un fenómeno de retroalimentación de forma que un incremento en el número de usuarios en la red produce un aumento todavía mayor de la actividad de la misma. Esto estaría producido por el efecto llamada que tienen los mensajes individuales entre los alumnos, que reciben un mensaje de correo cada vez que alguien escribe en su perfil o comenta algún vídeo, foto, etc. de otro.